¿Qué
se puede decir de Podemos que no se haya dicho ya? La verdad, poco. Por eso no
voy a entrar en consideraciones sobre la razonabilidad, oportunidad,
posibilidades, líos, etcétera, de este nuevo partido político; eso lo dejo para la
pléyade de comentaristas, periodistas, politólogos, etcétera, que están
continuamente hablando y escribiendo sobre el tema. Yo voy a hablar de lo que
me parecen sus líderes más conocidos; o sea, de cómo veo a Iglesias, Errejón, Monedero
y Bescansa, que, junto a Luis Alegre, parece que forman la cúpula del nuevo
partido, si bien, del último citado no voy a decir nada porque es al que menos
he visto, por lo que no he formado criterio sobre él.
Foto de CLAUDIO ÁLVAREZ en El País. Bescansa, Alegre, Monedero, Iglesias y Errejón
A
los otros cuatro los he visto en la tele lo suficiente como para poder tener
una opinión sobre cada uno de ellos. De los cuatro debo decir que me parecen
muy inteligentes y listos y que pueden dar mucho juego en la escena política
española. Individualizando la opinión y en orden inverso a como los he citado, sobre
cada uno de ellos me atrevo a decir lo siguiente:
A
Carolina Bescansa no la he visto demasiado, por lo que debo ser prudente a la
hora de enjuiciarla. Sí debo decir que cuando la he visto y escuchado me ha
parecido que se expresa muy bien y que es muy inteligente, por lo que creo que
podría ser una competente gestora en caso de llegar a ocupar puestos de
responsabilidad (por ejemplo, ministra) en la gestión política del Estado.
Juan
Carlos Monedero es el que menos me gusta de los cuatro, si bien creo que podría
ser aprovechable para la pelea dialéctico-política. Es el que, en mi opinión,
ofrece menos garantías como gestor, por lo que, más que como hombre de estado
dedicado a la gestión pública, lo veo como aguerrido combatiente al servicio
del partido y en la primera línea de la confrontación política partidista.
Íñigo
Errejón es mi preferido; reconozco que me ha conquistado. Le he visto en la
tele en bastantes tertulias políticas o en programas de debate y me tiene
impresionado. De poco más de 30 años, con aspecto aniñado y de «buen chico»,
creo que Errejón tienen una enorme capacidad intelectual y está dotado para ser
un excelente líder político, y, si llega el caso, para ser un magnífico gestor
en los más altos niveles de la función pública. Su discurso es correctísimo;
sin aspavientos y sin necesidad de endurecer el gesto, se muestra claro y
concreto en sus convicciones y proclamas, que, si es necesario, defiende con
contundencia argumental. Muestra gran fluidez verbal y es rápido de reflejos,
por lo que siempre le he visto salir airoso en las confrontaciones dialécticas
en las que ha intervenido. Y lo que para mí es más importante: nunca le he
escuchado una memez (¡que ya tiene mérito en un político!). Así que le auguro
un exitoso futuro en el mundo de la política; también espero que algún día
consiga la etiqueta de «referente social» en positivo.
Pablo
Iglesias es el líder —parece que indiscutible— de Podemos. En la mitad de su
treintena, ha sido el gran protagonista de la espectacular irrupción, despegue y aparente
consolidación de esta nueva formación en la escena política española. Ha tenido
enorme habilidad para darse a conocer al gran público a través de su
participación en buena parte de las tertulias y espacios de debate que sobre la
actualidad se emiten en las principales cadenas privadas de TV de España,
en las que ha dejado constancia de su gran capacidad dialéctica y de su enorme
talla intelectual. Curiosamente, las primeras veces que le vi en la tele fue
en
Intereconomía (en su tertulia política nocturna, habitual de personajes que
apoyan a la derecha política), donde, obviamente, era la voz discrepante de la mayoría
de sus contertulios. Supongo que al principio le veían como un jovencito que aportaba
un toque exótico de pluralidad (por su aspecto y discurso) . Pero... ya, ya. El
jovencito de la coleta era algo más..., bastante más..., ¡mucho, muchísimo más!
Durante los dos últimos dos años ha sido la estrella en los programas en que ha
participado, que han sido muchos; y siempre lo ha hecho con gran brillantez. Solamente
debido a su valía, se ha hecho un sitio entre los principales líderes del espectro político
español. Es verdad que la degradada situación actual (principalmente por la
crisis económica y por la corrupción) le ha facilitado las cosas, pero no hay
que quitarle méritos. El vio la oportunidad y la aprovechó, y buena parte de la
ciudadanía (espero que sea la mayoría) se lo agradecemos; porque está claro que
en la política española se necesita una regeneración. No sé si él la encarnará,
pero seguro que, al menos, servirá como revulsivo.
En las últimas elecciones al Parlamento de la UE (su bautismo electoral) ya fue un bombazo que su formación consiguiera cinco eurodiputados. Y en la actualidad, según las últimas encuestas de intención de voto, Podemos sería la primera fuerza de la izquierda, y parece que en alguna, incluso, superaría al PP. Y todo en menos de un par de años... ¡asombroso!
Ahora
la derecha mediática ya no le da cancha; al revés, lo atacan como pueden, sin
reparar en gastos, con el único fin de parar la vertiginosa carrera ascendente
del partido Podemos. Y para eso, sus detractores (de la derecha... y también del
PSOE) hacen uso de lo que sea; todo vale para desprestigiar al equipo de
Podemos y a su propuesta, y, sobre todo, para demonizar a su cúpula, tratando
de hacer llegar al electorado el mensaje clave de esta campaña de desprestigio:
Podemos representa un peligro para España y para su democracia,
y, por tanto, para sus ciudadanos; así que no hay que votar a ese endiablado
partido. Creen que los ciudadanos somos tontos.
Está
claro que Pablo Iglesias es un fenómeno —personal, político y social— y que
tiene sus objetivos muy claros; no los oculta. Quiere el poder, o sea, quiere
gobernar para cambiar las cosas. ¿Lo conseguirá? Aunque no lo va a tener fácil,
podría ser que que lo viéramos en la Moncloa dentro de poco más de un año. Sería muy interesante.
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COMENTARIO ULTERIOR (7-01-2020): Hoy Pedro Sánchez ha sido investido como presidente
del gobierno que PSOE formará en coalición con Unidas Podemos, en el que el líder
de esta última formación, Pablo Iglesias, será uno de sus vicepresidentes.
Charlatanes de feria:
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