¡Lo que nos espera...! El
resultado de las elecciones del 20D nos ha dejado un incierto panorama
político. Resulta inútil hacer pronósticos sobre cómo se podrá formar gobierno
o sobre si habrá que convocar nuevas elecciones; realmente, la cosa está
más que difícil.
Como si tuviésemos poco con
la incertidumbre que dejaron las elecciones catalanas del pasado 27 de
septiembre (a fecha de hoy no sabemos qué va a pasar), ahora, tras las
Generales, en España entramos en un periodo de 2 o 3 meses en el que los
políticos nos van a marear con sus propuestas, rechazos, contrapropuestas,
acusaciones, ocurrencias y todo tipo de planteamientos de
solución —o sea, de pactos— de lo que los únicos que van a salir
beneficiados son los medios de comunicación y sus asiduos
"politólogos", que, por el lío que se ha formado, van a tener mucho,
muchísimo, de qué hablar en sus tertulias especulativas; es decir, van a
poder competir con los políticos en ocurrencias.
Listo: Hablando de ocurrencias, Julio, ¿qué crees tú que va a pasar?
Listo: Hablando de ocurrencias, Julio, ¿qué crees tú que va a pasar?
Julio: Ni
puta idea, Listo, pero ya que quieres oír ocurrencias, te diré las mías al
respecto.
L: Ya sabía que ibas a
entrar al trapo. A ver, ¿van a formar gobierno o habrá nuevas elecciones?
J: Para responder a esta
pregunta hay que tratar de ponerse en la piel de los principales candidatos de
las dos fuerzas que han obtenido mayor número de votos, es decir, de Rajoy y de
Sánchez, para intentar saber cómo ven ellos la posibilidad de enfrentarse, de
nuevo, al proceso electoral y, más concretamente, a ¡una nueva campaña
electoral!
L: Querrás decir para
saber cómo prevén ellos el resultado de esas nuevas elecciones, ¿no?
J: No, he dicho bien; en
lo que piensen sobre tener que enfrentarse a una nueva campaña está
la clave. Porque supongo que a estos dos, sobre todo a Rajoy, el mero hecho de
pensar que tienen que pasar de nuevo por las dos semanas
de la nueva campaña les tiene que acojonar. Y lo entiendo; porque me parece que
la campaña electoral para los principales candidatos es un martirio. Sí, sí, un
martirio y de los más duros. Más en estos tiempos en los que los medios de
comunicación los persiguen incansablemente, los obligan a entrevistas y
debates, les critican cualquier cosa que dicen, etcétera. Y no digamos nada de
los intensos viajes, mítines, baños de multitud y todas esas cosas a que se ven
obligados. Y, para rematar, los riesgos que corren (¡que se lo digan a Rajoy!).
Reitero, un martirio. Así que creo que, especialmente en el caso de don Mariano, por
nada del mundo querrá que se celebren nuevas elecciones. Y esto es algo a tener
muy en cuenta a la hora de pronosticar.
L: ¿Y Sánchez?, ¿tampoco
querrá nuevas elecciones?
J: Tampoco creo que le
haga mucha gracia, aunque en su caso puede que pese más el temor al resultado
que la tarea de la campaña. Si bien, pienso que, aunque no lo pueda decir, tema
también que, si en la anterior le "dieron" a Rajoy, pueda haber algún
otro energúmeno salvaje que quiera vengar al gallego atentando de cerca contra
él. Si yo fuera Sánchez, no desdeñaría tal posibilidad. Así que, para el
pronóstico, a mi modo de ver, Sánchez también intentará por todos los medios
que no haya nuevas elecciones.
L: ¿Y Rivera e Iglesias?
J: Estos son más jóvenes
y vigorosos; puede que no les espante tanto enfrentarse a unas nuevas elecciones
y a la consiguiente campaña. Se dice que Podemos podría mejorar el resultado;
sobre Ciudadanos las previsiones no son claras. Pero como la decisión sobre las
nuevas elecciones la tienen los dos principales partidos, PP y PSOE, lo de los
otros dos no me parece determinante para la cuestión de si habrá o no que ir de nuevo a las urnas.
L: Entonces, si, según
dices, la decisión la tienen Rajoy y Sánchez, ¿crees que se pondrán de acuerdo
para coaligarse?
J: Pues es muy difícil.
Rajoy lo quiere, pero Sánchez ya ha dicho que ni de coña. Algunos creen que este se
va a desdecir; parece que le están presionando mucho, incluso desde su propio
partido, pero creo que resistirá las presiones. Además, supongo que sabe que si
apoya a Rajoy (aunque sea con la abstención) quedará fatal, después de haberle
llamado nada menos que "indecente" ante casi 10 millones de españoles. No puede;
antes dimitiría, que no deja de ser una opción, aunque creo que optará por
otras soluciones.
L: ¿Otras soluciones?
¿Aliarse con Podemos y con el resto de la izquierda, incluida la
independentista?
J: No creo que le dejen
en el partido. Lo de Cataluña pesa mucho, y Podemos parece que está firme con
lo del referéndum. No, aunque a mí me gustaría, como mal menor, no creo que sea
posible que Sánchez forme gobierno.
L: Joder, pues tú dirás qué otras soluciones hay.
J: Una coalición PP,
PSOE y Ciudadanos, en la que Rivera sea el presidente, Soraya, vicepresidenta y
se repartan las carteras en proporción a los resultados. Y Rajoy y Sánchez a
dedicarse a gestionar sus respectivos partidos hasta que les sustituyan en los
congresos que se celebrarán. O sea, castigados sin recreo y de rodillas
contra la pared, por haber sacado mal resultado electoral, aunque ellos dirán
que es un sacrificio "por España".
L: ¿Y tú crees que Rajoy
o el PP pueden aceptar eso, después de haber sido ellos los «ganadores» de las
elecciones?
J: Pues lo aceptan o, de
lo contrario, a nuevas elecciones. Y ya te he dicho que para Rajoy eso sería lo
peor, con diferencia, de lo que le podría pasar. Haciendo las
cosas como he dicho, él —y con él su partido, el PP— podría vender su renuncia
como un acto de generosidad política y de patriotismo que, de cara al futuro,
podría dar sus frutos al partido. Por otro lado, A Rajoy le veo un poco harto
de la política; lo ha sido todo y lo que le esperaría de continuar en la
primera línea seguro que no le resultaría agradable. Por otro lado, ya puede
decir que ha ganado dos elecciones generales consecutivas, como Felipe, Aznar, y
ZP, aunque en esta segunda, con la solución que he comentado, el PP sólo podría
gobernar "parcialmente".
L: Para el PSOE, no
parece una mala solución; para Sánchez, sí.
J: Sánchez ha
obtenido un mal resultado, aunque, a mi entender, no lo ha sido tanto porque es
la primera vez que el PSOE se ha encontrado con un competidor muy
fuerte, como ha sido Podemos, invadiendo su espacio político (la
izquierda). Pero parece que tiene contestación dentro del partido y le
quieren mover la silla. Así que sus coleguis le pueden "invitar" a que
retome su vida profesional privada, y den paso a otro nuevo líder (o lideresa)
que compita con Soraya en las próximas elecciones (anticipadas, dentro de unos
2 años). Para el partido, es la única forma de poder entrar en un gobierno de
coalición sin retractarse de lo que han dicho del PP y Rajoy. También lo
podrán "vender" como un acto de responsabilidad patriótica.
L: Supongo que a Rivera
le gustará la idea, ¿no?
J: Pues sí y no. Sí,
porque ser presidente del gobierno es algo muy importante, sobre todo, para un
hombre joven como él; no, porque, como de tonto no tiene un pelo, sabe que le
putearían inmisericordemente, tanto los del PP como los del PSOE, y no digamos
desde la oposición. Por eso, la legislatura no duraría mucho y se podría
quemar de cara al futuro de su carrera política. Pero, como es un tipo
valiente, creo que aceptaría el riesgo; por otro lado, si los otros dos
partidos de la hipotética coalición se lo proponen como única solución para
salvar la difícil situación postelectoral, no podría decir que no, mucho menos
después de haber sido él el primero en proponer esta coalición (aunque no se
haya postulado para presidirla).
L: Resumiendo, Julio:
Según tú, Rivera, presidente; Soraya, vicepresidenta (que ya tiene
experiencia); los ministros, del PP, del PSOE y puede que alguno de Ciudadanos,
los primeros con las carteras más importantes... y asunto arreglado. No sé, no
sé.
J: Yo tampoco, pero como
había que decir algo... pues ya está.
L: Que pases buena noche,
Julito, y tómate un güisquito a mi salud.
J: Cuenta con ello,
listillo. ZORIONAK!!!
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